Solo tú tienes el poder de destruirme y no tengo miedo. Cogiste todas mis partes rotas y las fuiste pegando con tu saliva, día a día, con mucho cuidado. Creaste paisajes de colores donde solo habían cielos negros, árboles secos, animales en peligro de extinción. Tenía hambre de amor y tu me has saciado para toda la vida. Ya no creo en dioses, ahora creo en personas, creo en ti y si algún día dejo de creer en ti, mi fe morirá, fe que comenzó cuando me dí cuenta que tus ojos eran sinceros, cuando pude ver como temblabas cada vez que yo me acercaba. Me sacaste el luto del cuerpo, me besaste horas y horas, y con tu lengua incendiaste todo lo que ya se había apagado y ahora lo único que se apaga es la luz cuando follamos.
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