Cielos negros

Solo tú tienes el poder de destruirme y no tengo miedo. Cogiste todas mis partes rotas y las fuiste pegando con tu saliva, día a día, con mucho cuidado. Creaste paisajes de colores donde solo habían cielos negros, árboles secos, animales en peligro de extinción. Tenía hambre de amor y tu me has saciado para toda la vida. Ya no creo en dioses, ahora creo en personas, creo en ti y si algún día dejo de creer en ti, mi fe morirá, fe que comenzó cuando me dí cuenta que tus ojos eran sinceros, cuando pude ver como temblabas cada vez que yo me acercaba. Me sacaste el luto del cuerpo, me besaste horas y horas, y con tu lengua incendiaste todo lo que ya se había apagado y ahora lo único que se apaga es la luz cuando follamos.

Opresión

Quitémonos todos los piercings que llevemos, arranquémonos la piel para tirar nuestros tatuajes, para eliminar todas las historias que caben en ellos, quememos toda nuestra ropa y dejemos de sonreír. A partir de mañana todos vestiremos con trajes blancos y negros, a partir de mañana todos seremos peones y deberemos seguir a nuestros reyes, ni el mínimo detalle que nos haga ser diferentes, dejemos de leer poesía, vayamos a misa los domingos, sustituyamos las clases de historia por las de religión. Prohibido hacer todo tipo de deporte, es peligroso, alguien podría salir corriendo. Mañana tampoco habrá televisión, ni radio, ni teléfonos, demasiada información. No se podrán tener animales, tal vez llegues a amarlos, y ni hablar de enamorarse, los peones no se pueden enamorar, el amor hace que la soga apriete menos. Dicho esto cuando veamos a nuestros opresores bajaremos sus pantalones y comeremos, es de lo único de lo que nos vamos a alimentar.

Peligro de enamoramiento

Hace un mes jugué un poker contra Cupido, apostamos que si el perdía nunca más me intentaría dar con una de sus flechitas, pero si perdía yo me daría con la mayor flecha de amor jamás lanzada, se me olvidó que ese cabrón nunca pierde.
Pasaron unas semanas y no dio señales de vida, no había peligro de enamoramiento, pero se me olvidó que estabamos hablando de Cupido y hacer un pacto con él es peor que hacer un pacto con el diablo.
A favor de Cupido diré que esta vez eligió a la chica perfecta.

Tengo miedo

Tengo miedo a los aviones,
a los payasos,
a los relámpagos,
a los ratones,
a crecer,
a las arañas,
a las alturas.

Pero a lo que más miedo tengo es a ti.
Tengo miedo de tus manos,
de tus ojos,
de tu sonrisa,
de tu olor,
de tus dientes
mordiendo mis labios,
de las palabras
que se sientan en tu lengua
para dormir mis oídos,
de como me coges de la mano
por la calle de la vida,
de como me tapas los ojos
con tus dedos infravalorados
mientras me besas el alma.

Tengo pánico a despertar,
y ver que todos estos miedos
solo son los trozos que quedaron
de tu intento de amor,
del mio conseguido.

Tengo miedo a no saber olvidarte.

Mi adicción a ti.

Mi adicción a las drogas comenzó el día que te besé, pero ya había tonteado con ellas mucho antes, empecé a meterme el día que yo te miré y tú me sonreíste.
No estuve drogándome mucho tiempo, sólo el suficiente para engancharme como una loca, leí por ahí que unos científicos habían comparado la sensación que producen sustancias como la cocaína con la euforia que produce ver a la persona deseada. Creo que la sensación que produce la cocaína se queda muy corta a la sensación que yo tenía cuando te veía, mi adicción a ti tal vez sería comparable a la heroína, te fuiste, y aquí estoy enmonada perdida buscando un chute que me dé esa euforia que sentía cuando tú te acercabas.
Tal vez esos científicos tengan razón, ya que el amor y las drogas si que se parecen en algo y es que los dos te destrozan la vida completamente.

Estoy aquí

Cuando te conocí podría decir que volví a nacer, cuando me sonreíste volví a morir pero esta vez fue distinto, me gustaba morir cada vez que tu me sonreías, floté con nuestro primer beso, la luna estaba rozando el suelo si la comparaban conmigo. ¿Cómo una persona puede traer todo en lo que nunca has creído?
Pero por desgracia no estoy aquí para contar una historia de amor con un final feliz, estoy aquí para hablar de las personas que no tienen valores, las personas que no saben mirar a la vida de frente, las personas que no saben lo que es echarle cojones y decir la verdad. Estoy aquí para decir que besé mentiras, abracé un cuerpo que no solo me pertenecía a mi, me hipnoticé de unos ojos que no solo me miraban a mi, estoy aquí para decir que amé amarte, estoy aquí para decir que amé soñarte, pero sobre todo estoy aquí para amar olvidarte.

Último adiós en Enero.

Siempre me decías que te tenía que escribir algún día, cuando me decías esto yo siempre pensaba lo mismo, si escribiese sobre ti seguro que te enfadarías, supongo que hay personas que no inspiran, supongo que tú eres una de ellas. Pero esta mañana me desperté pensando en ti, solo quería escribir, mi cabeza iba corriendo detrás de un papel y un boli. Eres de las que llegan calando, tal vez tu calaste demasiado, llegaste a mi vida como un terremoto, tirando todo lo que había construido e intentando meterte en los bolsillos todas las sobras de algo que no era tuyo. Tal vez yo tuve parte de la culpa, yo te anime a coger sobras que nunca iban a ser para ti y te di aliento que no deseaba darte, hasta que un día me di cuenta de que ya no quería más terremotos, quería la misma playa de siempre, aquella que me hacia sentir tanto sin darme nada, y me mude, y que difícil fue mudarme, ¿Cómo le explicas a un ciego como son los colores? Al final me entendiste, si tu entendiste eso estoy segura que todos los ciegos entenderán como son los colores. Tiempo después volviste, pero el terremoto ya no tenía ni grado, al final llevabas razón, escribiría sobre ti, hoy escribo para decir que lo que más me ha gustado de nuestra historia es oír como se cierra la puerta.